1579: Cobeña en la época de Felipe II

por Daniel García Magariños

Estamos en pleno siglo XVI. En España reina Felipe II, el hijo de Carlos I. Su imperio («donde nunca se ponía el sol»), era tan amplio como enormes sus dificultades económicas (su gobierno tuvo que declararse tres veces en bancarrota).

Con la finalidad de conocer sus reinos (y quizás también para conocer sus riquezas), Felipe II ordenó realizar una encuesta con varias preguntas a las que debían responder los ayuntamientos.

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Retrato de Felipe II realizado por Sofonisba Anguissola.

El 8 de diciembre de 1579 se presentó en Cobeña un enviado del rey, que ordenó al entonces alcalde ordinario de la villa, Alonso Criado, que se encargara de que se respondieran esas preguntas.

El 14 de diciembre de 1579, don Alonso se reunió con Francisco Fernández (el otro alcalde ordinario), Alonso Gordo y Francisco Prieto (regidores) y con Juan de Juan García (procurador general del concejo de Cobeña) y decidieron que se encargaran de responder las preguntas dos vecinos de la villa, personas discretas, así como instruidas e informadas de lo que se había de responder: Juan Fernández y Andrés de María.

Al día siguiente, Juan y Andrés se reunieron con el escribano de Cobeña, Gaspar de Alicante, y respondieron a las preguntas.

Las preguntas cubrían diferentes temas. Tras afirmar que el nombre de la villa era Cobeña y que no sabían porqué se llamaba así, nos cuentan cuántos vecinos había y lo importante que había sido la población judía:

Que al presente en esta villa de Cobeña hay doscientas trece casas, y hay vecinos moradores en ella doscientos veinte y tres vecinos, porque en algunas casas viven dos vecinos, y que según oyeron decir a los vecinos ancianos y antepasados era una villa grande de mayor vecindad, y decían que había en ella setenta casas de judíos, tratantes, mercaderes, plateros y cereros, personas ricas y caudalosas, y que decían que más valía Cobeña que Alcalá y su tierra a causa de los tratos que en ella había, y como los tales judíos que en ella había fueron mandados salir del reino con los más judíos que en él había por mandado de Su Majestad, ha venido esta dicha villa en gran disminución porque al tiempo que los dichos judíos en ella vivían con los tratos de mercancías que traían, estaban cargados de servicios y alcabalas el dicho pueblo, y de continuo se está cargado de los dichos pechos y servicios de Su Majestad y alcabalas.

Es curioso como, casi 100 años después de la expulsión, se tenía un gran recuerdo de los ricos judíos de Cobeña.

El término «vecinos» se refería al cabeza de familia. Si había unos 223 vecinos, la población total debía de ser de unas 900 personas.

También cuentan cómo los vecinos de Cobeña gastaban demasiado en bodas y festejos:

Otrosí ha venido en gran perdimiento y disminución esta dicha villa por los trajes que los vecinos de esta villa han usado y usan por los gastos excesivos que hacen y vestidos que sacan cuando se desposan y casan, porque sacan gran número de joyas, como es plata labrada blanca y dorada y corales y paños finos y sedas de tal suerte que se ha visto sacar joyas algunas personas en más cantidad que valían todos los bienes que tenían […]

Asimismo al tiempo que se casaban, en las bodas había muy grandes y excesivos gastos de convites y banquetes, de que se seguían muy grande perdición por gastar como gastaban muy gran parte de sus haciendas sin ningún provecho, así por esto como por las disensiones que había, se ordenó de que no hubiese los dichos convites, gasto ni presentes, cosa muy loable y de que se ha seguido y sigue mucho provecho a esta república, lo cual no se siguiera si la dicha ordenanza no se hiciera […]

Sobre lo que se producía en el pueblo, nos cuentan que se producía sobre todo trigo y cebada, que había poco ganado y que la leña se traía de Paracuellos.

[…] la dicha villa de Cobeña es tierra de labranza y que lo que en ella se recoge es trigo y cebada, más parte de trigo que de cebada, y que se crían ganados vacunos y ovejunos pocos, y que en esta villa ni su jurisdicción ni término no hay sal y que se provee de sal de las salinas de Olmeda y de Imón, que puede haber desde esta villa a las dichas salinas quince leguas poco más o menos, y que esta villa es necesitaba de todas las cosas excepto de pan, y aún el pan en tiempos de necesidades se trae de acarreo de otras partes.

[El pueblo] es falto de leña, y que la traen a vender a esta villa de otras partes, y la más parte de la gente se sustenta de leña, y se provee de un monte bajo que se dice Viñuelas, que es de don Juan Pardo Tavera, señor de la villa de Paracuellos, y que en esta villa ni su jurisdicción no se cría ninguna caza salvajina ni animales salvajes.

En un apartado, se describen las casas del pueblo:

[…] las casas que en esta villa de Cobeña hay son de tapias de tierra y la techumbre de madera, la cual dicha madera, por no haberla en esta jurisdicción se trae del pinar que dicen de Valdemaqueda, que habrá desde esta villa al dicho valle como quince leguas poco más o menos, y otras veces la traen la madera de la Pangía, que será como hasta diez y ocho o veinte leguas, y de San Leonardo, que será como treinta leguas poco más o menos, y la teja con están tejadas las casas es de barro cocido, la cual se trae de dos leguas alrededor de esta villa.

Por último se hablan de tradiciones e instituciones que aún existen hoy en día como el Hospital de los Gallegos (la actual FUNDHOS) o la Parroquia de San Cipriano (aunque el edificio de la iglesia no era el actual). Se mencionan la hermandad del Santísimo Sacramento y las procesiones que organizaba. Para no alargarnos demasiado hoy, seguiremos contándolo en otra entrada del blog.

Los textos anteriores corresponden a la edición de Las Relaciones Topográficas de Felipe II. Hemos seguido la transcripción que publicó Alfredo Alvar Ezquerra en 1994 en su libro Relaciones topográficas de Felipe II. Madrid. Hemos cotejado esta transcripción con la copia del texto que se encuentra en la Real Academia de la Historia.

Quienes deseen consultar el texto completo de la transcripción que hemos realizado, pueden descargarla desde este vínculo.

Aunque sea una cuestión anecdótica, en el plano personal no puedo evitar mencionar que en este documento aparece mencionado Juan Gutiérrez como testigo. Podría tratarse de un antepasado mío y estar relacionado con Nicanor Gutiérrez (que fue patrono del Hospital de Gallegos) y con Matías Gutiérrez, que da nombre a una plaza en Cobeña.

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